divendres, 27 d’abril del 2007


Uno de los principales rasgos de este movimiento es, sin duda, el ser apolítico. No hay partido ni tendencia política que nos represente de forma colectiva, si bien de forma individual cada persona sentirá o no afinidad con una formación política. Por eso, y porque el problema de la vivienda no es culpa de un único partido ni es tarea de un único partido tratar de resolverlo, nos da tanta rabia que cualquier tendencia política trate de manipularnos.

Ayer en el acto de Mercado de Collblanc ocurrió una anécdota increíble. Digna de ser contada, es más, el hecho de contarlo es nuestra revancha. Estuvimos a punto de caer en una picaresca política que demuestra, una vez más, como quienes nos representan no hacen más que pasarse la pelota los unos a los otros en un problema que les incumbe a todos, el de la vivienda.

Cerca de las 20:00, un hombre con camisa azul se acerca a uno de nosotros y le comenta, textualmente: "Molt bé això que esteu fent", y más tarde "Oye, el alcalde Corbacho viene hoy sobre las nueve o nueve y cuarto al Restaurante El Cargol, cerca de aquí... Id y la liáis". Pues nada, un chivatazo. Resultaba raro que alguien cualquiera se hubiera acercado a chivarnos aquél dato para que "la liáramos" ante el alcalde, pero pronto llegó la sorpresa.

"¡Pero si es Juan Carlos Del Río!", dijo alguien de nosotros mientras el hombre se alejaba, "¡Es el alcaldable del PP!". Y quedó todo claro. ¡El primero de la lista del Partido Popular para L'Hospitalet había venido, sin decir quien era, y nos había incitado a montarle un pollo al alcalde! Nos costó salir del asombro, y finalmente decidimos no ir "a liarla" a ningún lado para no caer en su propio juego.

Sabemos que habrá quien no quiera creer lo que estamos explicando, porque no tenemos más aval que nuestra propia palabra. No es más que una anécdota que refleja perfectamente la posición de los políticos ante la desastrosa situación de la vivienda en España: cero resposabilidades, es más sencillo pasar la pelota al otro. O utilizar un movimiento de protesta con fines políticos, descaradamente.



Para los más incrédulos, os dejamos una foto que le hicimos corriendo en cuanto descubrimos su identidad. Ya se había alejado, así que utilizamos el método de "hazme una foto con el cartelito este" para intentar pillarle de fondo. La resolución de la ampliación es muy mala, pero es él, seguro. No tenemos motivos para inventarnos algo así.